El inicio del curso siempre es uno de los momentos más especiales después del verano para niños y padres. Tras unos meses de desconexión, los debates sobre rutinas, horarios y cambio de hábitos vuelven a la mayoría de las cenas familiares: actividades extraescolares, madrugar, acostarse más temprano, reajustar los horarios de las comidas… son los temas por excelencia. Sin embargo, hay una cuestión de vital importancia que en ocasiones se puede pasar por alto: la importancia de que los más pequeños se hidraten correctamente.